¿Tan débiles somos?

Tengo la necesidad, como abrasador activo desde hace más de un año, de plantear mi desacuerdo con respecto a los abrazos gratis. A la casilla me llegó un mail de la fiesta “Abrazos Gratis Party”. Si bien conozco gente de ahí, yo no fui porque hay un lugar ideológico que no comparto. Aunque lo respeto ya que son cosas que se generan con una movida como esta. Les pregunto… ¿Qué necesidad hay de llevar todo lo mágico que genera un movimiento como éste a ese lugar tan vulnerable de “auto satisfacción catártica” que representa una fiesta como esta? No estoy en contra de las fiestas ni mucho menos, y tal vez esta fiesta era un encuentro entre abrazadores, pero cuando vi la invitación me revolvió las tripas. Y yo, en esa sensación que tuve, confío. Confío por el simple hecho de que no tenían un objetivo concreto de realización en la sociedad, de afinar entre todos los abrazadores para salir a generar activamente un cambio real en la gente o la sociedad. Y si ese objetivo no está ¿por qué mezclar las cosas? Hagan la fiestita… pero no metan al movimiento en eso. Yo creo que juntarse con gente que coincide en ciertos puntos con el sentido de vida de uno, es imprescindible. ¡Pero cuidado! Que los abrazos gratis no queden reducidos solamente al compartir esos momentos frívolos y de auto satisfacción. La fiesta, en ese contexto, no solo que no sirve sino que es nociva para los abrazadores que recién comienzan a abrir su pecho al desconocido porque le invierten la energía. Los abrazos gratis pasan a satisfacer MI necesidad individual de no se qué con no se quién.
El cambio del mundo se hace construyendo en los lugares donde los cimientos están debilitados. Con esto aprovecho también para sugerir que abran las convocatorias a otros lugares donde por ahí no van a tener la respuesta "ideal" que esperan. Hay gente que los necesita, también, en otros lugares no tan top.
No dejemos que lo frívolo, lo efímero, lo contaminen.
“Hay que comprometerse mas con la gente que los necesita que con la gente que los da”.
Mando un abrazo grande y espero que se lea como algo que tira para adelante y no para abajo.

Todos los Domingos, todos los Domingos...

Cristian, Alba, Ariel, Marta entre muchos otros se reunen todos los Domingos en la puerta de la iglesia de Plaza Francia, entre el centro cultural y el cementerio, viste? Desde las tres de la tarde se sumergen abrazadores y abrazados y otros en un recorrido no tan desconocido paro sin guía turistico. Vale la pena!